El papel de la educación en la eficiencia energética

José Darío López León, 2021- 0438

Título: El papel de la educación en la eficiencia energética

La eficiencia energética debe ser considerada una de las principales políticas de estado para la adaptación y mitigación al cambio climático. Durante los últimos años, la producción mundial de energía primaria se ha incrementado más del doble, evidenciándose una participación significativa por parte de las fuentes convencionales como el carbón, petróleo y gas. Estas tres fuentes son las que actualmente predominan en el mercado mundial de la energía y aún lo continuarán haciendo por los próximos años. Sin embargo, la tendencia mundial que marcan las políticas de estado de varios países, y principalmente de organismos internacionales, demuestra que se están orientando todos los objetivos hacia un cambio en materia de producción energética y, principalmente hacia una reducción en demanda. En este último objetivo la eficiencia energética juega un papel crucial.

La razón de estos cambios en políticas internacionales se basa en la necesidad de contribuir al cuidado del medioambiente y a minimizar el impacto del cambio climático. A causa de los efectos nocivos en el medioambiente que provocan las altas emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), se está evidenciando un incremento gradual del calentamiento global del planeta repercutiendo en innumerables problemáticas ambientales. El sector energético representa casi las dos terceras partes de las emisiones de dichos GEI y es clave para la comunidad mundial lograr mitigar de la manera más efectiva dichas emisiones. La principal preocupación deriva de las emisiones producto de la utilización de fuentes de energía provenientes de combustibles fósiles y de sus incrementos en la demanda en los países en expansión como  China y la India.

Desde el punto de vista tecnológico y económico, la energía es un recurso natural primario o derivado, que permite realizar un trabajo o servir de subsidiario a actividades económicas independientes de la producción de energía. Los recursos naturales se han clasificado en fuentes de “energías renovables” (como geotérmica, eólica, solar e hidráulica) y “no renovables” (como carbón, gas natural, petróleo y uranio).

Las fuentes de energía renovables se obtienen de recursos inagotables a escala humana. Por el contrario, las fuentes de energía no renovables son aquellas que se encuentran en una cantidad limitada y una vez consumidas no pueden sustituirse. Debido al enorme desarrollo tecnológico de la humanidad, en los últimos cien años se ha incrementado de manera exponencial la cantidad de energía necesaria para mantener las actividades productivas y sociales cotidianas. Tanto es así que la disponibilidad de energía se ha convertido en un factor fundamental para el desarrollo y el crecimiento económico de los países.

Desde el punto de vista conceptual, la Eficiencia Energética (EE) es el conjunto de acciones que permiten optimizar la relación entre la cantidad de energía consumida y los productos y servicios finales obtenidos. Gracias a ella, es posible producir un mayor volumen de bienes o de niveles de servicio, sin aumentar o aumentando en una proporción menor el consumo de energía. Con la eficiencia energética, en consecuencia, no existe una disminución o restricción para el desarrollo de alguna actividad específica, como sí ocurre con el ahorro energético.

La República Dominicana presenta una situación de alta vulnerabilidad energética, que deriva tanto de la restringida matriz generadora, como de su dependencia hacia los mercados externos en la provisión de insumos energéticos. El Sistema Educativo es la plataforma que sostiene un modelo de desarrollo económico de una nación, por lo tanto, la escuela en todos sus niveles es el ámbito ideal para promover la eficiencia energética e ir creando conciencia sobre la importancia de cambiar hábitos, culturas y formas de vida milenaria que el mundo ha desarrollado de espalda al compromiso que tienen las generaciones presentes de utilizar los recursos y satisfacer necesidades, sin comprometer el de las generaciones futuras. Formar profesionales comprometidos con la eficiencia energética exige un cambio en los modelos interpretativos en la relación del ser humano con el medio natural y sociocultural; representa un medio de posibilitar la vivencia de modelos alternativos energéticos más acordes con los valores del desarrollo sostenible, e implica una reorientación de la educación superior hacia la sostenibilidad.

Ser sustentable se ha convertido en una característica primordial en muchas de nuestras actividades y formas de vivir, y ahora ha llegado hasta el mínimo aporte de apagar un bombillo. La economía sostenible es aquella que promueve el crecimiento y desarrollo de los pueblos sin generar un impacto en el medio ambiente, promoviendo una sociedad más igualitaria y menos contaminada. Sus propósitos son promover el reciclaje, el uso de fuentes de energía renovables (eólica, solar y/o hidráulica, geotérmica), el mejor aprovechamiento de los recursos naturales, la igualdad de oportunidades laborales, escolares y el empleo decente y de calidad. Un desarrollo sostenible solo puede realizarse si se concilian las actividades económicas, ambientales, sociales y de gobernanza con medidas que tengan en cuenta la promoción humana.

La educación transita por un camino que no vislumbra respuesta al modelo social que se está imponiendo hoy en día, entre otras cosas por la influencia marcada del positivismo en lo filosófico, el conductismo en lo psicológico, y los modelos tradicionales pedagógicos que aún están fuertemente enraizados en el pensamiento de los docentes. En lo fundamental, la educación ha perdido su propia identidad, hoy más acentuada, ya que se prepara a los humanos para servir en una modalidad específica de las estructuras económicas, políticas y sociales, sin concebir en muchos casos como premisa la educación de la comprensión humana para insertarse después en estas estructuras. La educación en eficiencia energética (EE) apunta a crear y consolidar una cultura en la ciudadanía y contribuir a generar cambios de conducta en los distintos sectores productivos y las personas, en su actuar cotidiano.

Desde el origen de la raza humana, la energía ha sido utilizada consciente e instintivamente. Hasta hace aproximadamente 2000 años, el sol fue la primera fuente de energía conocida, la cual era utilizada, en la mayoría de los casos, de forma indirecta. El siglo pasado se vio invadido por una profunda revolución científico técnico, que provocó un acelerado desarrollo de la humanidad. Es por ello, que desde diferentes partes del mundo alertan los problemas existentes en el medio ambiente producido por la acción del hombre, entre los que se destacan la producción y consumo de energía.

Sin dudas, encontrar una salida al sistema energético global, constituye hoy un reto colosal y su solución a mediano plazo, está cifrada en el aprovechamiento a gran escala de las fuentes renovables de energía. Lograr un desarrollo de hábitos y costumbres en el uso de energía eléctrica en las nuevas generaciones, con el fin de contribuir a la formación de una conducta responsable, que partiendo del conocimiento sobre la situación energética actual del país, se garantice una toma de conciencia por la necesidad del uso racional de la energía eléctrica y su ahorro.

Trabajar por crear una cultura de ahorro, no solo tiene el beneficio directo que ello implica, sino también ventajas económicas y ambientales; pero, alcanzar una verdadera conciencia basada en dicha cultura, es una tarea que requiere de un gran esfuerzo educativo que no se logra únicamente a través de una campaña. De ahí, la necesidad de desarrollar desde edades tempranas, cualidades que conviertan a cada ciudadano en fieles guardianes de la eficiencia energética, de modo que sea capaz de generar la energía necesaria en los lugares de primera necesidad. Una de las vías para lograrlo es partiendo del conocimiento de lo que consume cada equipo eléctrico y de las medidas para el ahorro y el uso racional de la energía.

Referencias

file:///C:/Users/josed/Downloads/La+Eficiencia+Energ%C3%A9tica+en+el+Curr%C3%ADculum+Escolar+de+Educaci%C3%B3n+Humanista+Cient%C3%ADfica.pdf

 http://old.acee.cl/577/articles-63854_recurso_2.pdf

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José Darío López León

Ingeniero agrónomo, docente preuniversitario y universitario. Dominicano